Por Profa. Mayra Nuñez P.
Youtube: Mayra Gallery Art
Hago mis obras para sobrevivir
al dolor y al deseo de muerte.
Yoyai Kusama
Hay artistas que se salen de los establecido y, entonces, tocan al mundo
Son personajes que crean su sello personal, como es el caso de la artista japonesa Yoyai Kusama.
En la actualidad tiene 93 años y desde hace más de 40 años vive en un hospital psiquiátrico.
Yoyai Kusama llevó una vida atormentada porque, aunque venía de una familia de buena educación y acomodada, la relación que tenía con su madre era sui géneris porque la obligaba a espiar a su padre en sus aventuras sexuales para que después le informara, con todo detalle, lo que había visto.
Esto creó en Kusama una distorsión mental muy fuerte, con la cual tuvo que cargar toda su vida.
Desde muy pequeña, Yoyai mostró su gusto por la pintura; sus padres la inscribieron para tomar clases de pintura en la Academia de Artes donde, en aquella época, sólo enseñaban el arte clásico o tradicional, que no fue de su agrado.
Yoyai pintaba a su estilo y, como ella decía, lo que su mente le producía.
Su madre siempre rompía sus dibujos y sus maestros nunca aceptaron su estilo.
Siempre dijo que quería ser una mujer famosa y reconocida, por lo cual buscó la manera de ir a vivir a los Estados Unidos, ya que en esos años en Nueva York estaba de moda el Art Decó y comenzaba el Pop Art.
Llegó a Nueva York a los 18 años, sin hablar nada de inglés y con muy poco dinero. Empezó a pintar compulsivamente, como siempre lo hacía, para llevar sus obras a galerías, museos o centros culturales para exponerlas. Al principio nadie le hacía caso, pero como veían su insistencia y su audacia, llamó la atención y le dieron la oportunidad de empezar a exponer.
Sus compañeros comentaban que era muy disciplinada y pintaba sus lunares en paredes, objetos, lienzos y hasta en sus ayudantes semidesnudos. Esta obsesión por pintar y querer ser famosa afectó su salud, al paso del tiempo, y tuvieron que hospitalizarla en varias ocasiones.
A pesar de tener la oportunidad de exponer con artistas conocidos, no alcanzó la fama que esperaba y eso le produjo una depresión muy fuerte y su primer intento de suicidio.
Con la ayuda de sus amigos y galeristas, Yoyai intensificó más su trabajo y su obra evolucionó de pinturas a esculturas, a performance, videos e instalaciones.
Los trabajos que presentó en diferentes lugares contra la guerra de Vietnam y las desigualdades, empezaron a llamar mucho la atención, pero cuando su familia conoció estas noticias, manifestó su desacuerdo y le mandó decir que se sentían avergonzados por su trabajo.
El desprecio por parte de su familia le causó un gran impacto, por lo que volvió a ser internada en un hospital psiquiátrico, ya que las alucinaciones que sufría eran causadas por un trastorno obsesivo que empezó a sufrir desde muy joven y le afectaba mucho
Su última crisis fue en 1977, al sentir que no había logrado sus objetivos, por lo que decidió regresar a Japón e internarse voluntariamente y para siempre.
Pero en 1989, estando en el Psiquiátrico, un museo decidió hacer una exposición retrospectiva, por l o que todo el mundo volvió a verla y ahora, desde su mundo y con una mirada más clara, por fin alcanzó la fama que tanto anhelaba.
Actualmente es una de las artistas vivas más famosas del mundo. Lleva más de 40 años internada en una institución psiquiátrica y trabaja en su taller (a una cuadra del hospital), donde pinta y retrata sus obsesiones a partir de la acumulación y repetición de objetos.
También hay un Museo dedicado a su obra en su tierra natal, donde es un ejemplo de orgullo.
Además, creó su propia línea de ropa, siempre cargada con sus icónicos lunares.
Hace poco, la empresa Luis Vuitton la buscó para que, con sus icónicos lunares, interviniera la última edición de Las bolsas de Luis Vuitton.
Y así desde su rincón creó su SELLO PERSONAL.
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