Urge un plan con empresas, empleos, producción y salarios para reconstruir a Sinaloa
- migueldealba5
- hace 2 días
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Por Omar Garfias
@Omargarfias
Sinaloa alcanzó, en 2018, el mayor valor de su producción de bienes y servicios: 527 mil millones de pesos, a precios de mercado.
En 2023, el dato más reciente, el valor fue de 517 mil millones a precios de mercado base 2018. En lugar de mejorar, retrocedió. Tiene un producto interno bruto (PIB) menor al de antes de la pandemia.
En ese año, 28 estados tuvieron un porcentaje mayor de crecimiento de su producción que el de Sinaloa.
Es información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), no de algún partido político. La presidenta de este organismo fue designada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, no por algún opositor.
Para comparar la capacidad productiva de Sinaloa, se divide lo que produce cada uno de los estados entre su número de habitantes. Así se obtiene el PIB estatal per cápita.
El dato más reciente del PIB estatal per cápita es de 2023. El valor de la producción por cada sinaloense fue de 223 mil pesos a precios de mercado 2023, en tanto que el promedio de cada mexicano fue de 245 mil. Sinaloa está debajo del promedio nacional.
Los PIB estatales per cápita más altos son: Campeche, 601 mil pesos; Ciudad de México, 506 mil; Nuevo León, 410 mil; Sonora, 355 mil, y Coahuila, 354 mil. Sinaloa está a media tabla, en el lugar 17; a 100 mil pesos de los vecinos de Sonora, por hacer una comparación.
Si los sinaloenses y sus familias merecen una calidad de vida propia de economías boyantes, deben incrementar 67 por ciento su producto interno bruto.
Si los sinaloenses quieren comer, estudiar, atender su salud, educarse, divertirse, habitar una casa o pensionarse como lo hacen en las mejores economías dentro de una década, deberán crecer 8 por ciento cada año en ese lapso.
Si creen que sus familias no merecen mejorar deben mantener el crecimiento de 0.2, dos décimas de punto porcentual, que tuvieron en 2023.
Hubo estados que crecieron cerca, o más, del 8 por ciento ese año: Campeche, San Luis Potosí, Oaxaca y Quintana Roo. ¡Se puede!
En una economía fuerte, quien trabaja no es pobre.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dice que de septiembre a diciembre de 2024 aumentó el número de trabajadores sinaloenses cuyos ingresos fueron insuficientes para comprar la canasta alimentaria con que se mide la pobreza.
En esos tres meses, 8 mil 700 empleados cayeron en la pobreza laboral, lo que da cuenta de uno de los posibles impactos económicos de la crisis de seguridad.
Suman ya 395 mil las personas que trabajan, pero sus ingresos no les alcanzan para comer. Algunas investigaciones identificaron mecanismos de sobrevivencia, consistentes en dejar de comprar proteínas y adquirir sólo calorías, como pan, sopa y productos con alto contenido de grasas. Los sinaloenses se llenan, no se alimentan.
Una economía de salarios dignos debe lograr el abatimiento de la pobreza laboral en una década. Para ello, habría que reducir la población con esa carencia en 40 mil personas anuales. Es precisamente el ritmo inverso al que ahora tiene Sinaloa. En 2024 el problema aumentó en 40 mil personas, en vez de disminuir.
Existen estados que redujeron en cerca de dos puntos porcentuales o más la pobreza laboral en ese año: Tlaxcala, Michoacán, Yucatán, Hidalgo, Durango, Campeche, Sonora y Baja California Sur.
El salario promedio nacional de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es de 18 mil 447 pesos; el de Sinaloa es de 14 mil 795. El ingreso promedio mensual de las mujeres jóvenes de entre 18 y 29 años en el sector informal sinaloense es de 6 mil 434.
Una economía fuerte garantiza empleo a todo aquel que quiera ganarse la vida honradamente.
Según datos del INEGI a diciembre de 2024, en Sinaloa hay 215 mil personas que quieren un empleo y no lo tienen; 275 mil trabajan por su cuenta, sin empleados, lo que significa un desempleo disfrazado de emprendedor con ingresos esporádicos; 160 mil tienen un trabajo de medio tiempo, pero necesitan uno de tiempo completo, y 666 mil laboran sin alguna prestación laboral.
El porcentaje de aprovechamiento de la fuerza laboral sinaloense es de 59 por ciento. Debería tener, al menos, el 70 por ciento que tiene Baja California Sur.
Una economía fuerte tiene empresas fuertes.
El Censo Económico 2024 del INEGI encuestó a 122 mil unidades económicas, de las cuales 80 mil no tienen equipos de cómputo; 85 mil no usan tecnologías digitales; 69 mil no llevan contabilidad; 113 mil no capacitan a su personal y 109 mil no tienen acceso a algún tipo de financiamiento.
Para tener una economía próspera es ineludible que las empresas sinaloenses accedan al desarrollo tecnológico, a la digitalización, capacitación, desarrollo organizacional y financiamiento.
Un PIB per cápita, una tasa de participación laboral y un promedio salarial ubicados entre los cinco mejores del país; el abatimiento de la pobreza laboral y el fortalecimiento de las capacidades empresariales, son algunos propósitos que pueden llevar a Sinaloa a ser una sociedad con una economía fuerte.
Menos de eso es engañarse.
Hay que deliberar sobre componentes, estrategias, programas, legislación, actividades, metas y plazos. Hay que hacer un plan.
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