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Unir a los científicos con la sociedad, reto de Celeste Saulo, primera mujer que dirigirá la OMM


Celeste Saulo será la primera mujer al frente de la Organización Meteorológica Mundial. / Servicio Meteorológico Nacional de Argentina


La científica argentina Celeste Saulo será, desde el 1 de enero de 2024, la primera mujer responsable de la agencia de la Organización Meteorológica Mundial (WMO/OMM), agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encargada de observar y predecir el estado y el comportamiento de la atmósfera, su interacción con la tierra y los océanos, el tiempo, el clima y la distribución de los recursos hídricos.

Saulo está predestinada a hacer historia y a distinguir el rol de la mujer en papeles de liderazgo, que hasta ahora estaban reservadas para los hombres. En 2014 se convirtió en la primera mujer en dirigir el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) argentino y desde el próximo enero tendrá a su cargo el mayor desafío en la materia: presidir la Organización Meteorológica Mundial, el organismo de las Naciones Unidas considerado portavoz sobre el estado y el comportamiento de la atmósfera, su interacción con la tierra y los océanos, el tiempo, el clima y la distribución de los recursos hídricos. Asumirá este compromiso en un contexto global de un clima amenazante. Según el informe presentado este año por la OMM, los riesgos meteorológicos, climáticos e hidrológicos causaron cerca de 12 mil catástrofes entre 1970 y 2021, que provocaron más de dos millones de muertes en el mundo, de las cuales más del 90 por ciento fueron en países en vías de desarrollo.

Pasión por la meteorología Celeste Saulo estudió meteorología en la Universidad de Buenos Aires. “Me gustaba la física como ciencia, pero desde un lugar donde se pudiera apreciar de manera más tangible, como es a través de los fenómenos meteorológicos”.

Continuó como profesora de la misma universidad, y como investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Mientras trabajaba para estas dos instituciones recibió la propuesta para dirigir el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). “Aunque estaba muy a gusto como investigadora y docente, decidí aceptar el desafío en el Servicio Meteorológico Nacional porque sentía que había mucho trabajo por hacer desde la Academia y se perdían oportunidades importantes".

Así empezó esta nueva etapa en su carrera, donde comenzó a promover una estrategia que ayudó a ejecutar cambios muy visibles para la sociedad. Cabe destacar que la representación en la Organización Meteorológica Mundial la tiene el director del Servicio Meteorológico en cada Estado Miembro, por lo cual desde 2014 está vinculada al organismo, del cual actualmente es vicepresidente.

Piezas de hielo flotando en el Canal Príncipe Gustavo, en la Antártida, donde antes existían plataformas de hielo de más de 28 km. / OMM / Gonzalo Javier Bertolotto Quintana

Científica y madre Al relatar las complejidades que enfrentó para alcanzar sus metas profesionales, menciona que en varias ocasiones pudo trabajar brevemente en el exterior, porque tenía una hija y un hijo pequeños y debía administrar su tiempo para desarrollarse como científica sin descuidar su rol de madre. “En una carrera científica, asistir a congresos es fundamental, como tener vínculos y redes en el exterior. En ese momento, la construcción de esas redes no era desde la virtualidad, porque la Internet aún no existía.

Colegas hombres de mi edad podían mostrar resultados y logros que yo no, por no contar con el mismo tiempo disponible. Tuve que correr de mi eje algunas elecciones, como hacer un postdoctorado completo fuera del país y, aunque no me arrepiento de ninguna decisión, mi carrera se demoró más, en comparación con la de un varón de la misma edad y cualidades”. Cuando sus hijos entraron en la etapa escolar pudo reorganizarse y dedicarse más a los viajes y al perfeccionamiento de su carrera. “Siempre digo que es fundamental que las mujeres con familia podamos contar con una red de contención que nos apoye cuando necesitamos ayuda, y eso hay que entender que no está mal, es natural y permite que cuando hacemos lo que nos gusta, podamos alcanzar los objetivos profesionales”, aseguró.

Sobre cómo siente al ser la primera mujer elegida para dirigir la Organización Meteorológica Mundial, asegura que toma el compromiso “con un enorme orgullo. Siento que rompimos un techo de cristal. Me siento abanderada de una causa que me excede, que es muchísimo más grande que el cargo en sí mismo, y es una manera de mostrar que es posible”, dice.

Nunca es tarde El cargo llega a sus 59 años, con mucho para dar. Para ella, el puesto es una forma de enviar un mensaje a jóvenes y mayores: si se tiene el deseo y la voluntad de hacer lo que a uno le gusta, siempre hay oportunidades que aprovechar. “Era un desafío acceder al cargo. Nada obtuve de manera sencilla, pero los resultados son tan gratificantes que no hago más que agradecer todas las posibilidades que tuve en la vida y me condujeron hasta aquí”, explica. Al identificar el instante en el cual decidió que su meta era estar al frente de la Organización Meteorológica Mundial, afirma que lo "sintió" y comenzó a madurarlo cuando ya trabajaba en la agencia de la ONU. “Cuando sientes que las cosas se pueden realizar de otra forma, debes jugártela. Sentía que podía aportar a la organización mi condición de provenir del sur global, mi condición de ser mujer, mi condición de gestionar un organismo muy grande de 1 100 personas (el SMN); mi experiencia en el sector académico, y de lidiar con dificultades todos los días sin claudicar ante frustraciones.

Por eso, hace dos años me dije: ¿Por qué no pensar en acceder al cargo? Recibí rápidamente el apoyo de colegas que vislumbraban también la oportunidad de que una mujer estuviera al frente de la OMM”, recuerda.

Amanecer en el Delta del Ebro, en Cataluña. / OMM/Agusti Descarrega Sola

Prioridades a partir de enero de 2024 Celeste Saulo tiene certezas de las necesidades y desafíos que enfrentará a partir de enero, cuando asuma la posición de mayor liderazgo. “Lo principal es comprender que la OMM es un organismo cuya agenda la marcan los países miembros, que ya han expresado sus prioridades, con las cuales coincido plenamente. Una es que podamos desarrollar sistemas de alerta temprana para todas las personas”, indicó. Todos queremos reducir los riesgos de desastre, la pregunta es cómo. Ahí intervienen los servicios meteorológicos. Las alertas tempranas son un instrumento para reducir los riesgos de desastres, y quienes emiten esas alertas tempranas son los servicios meteorológicos e hidrológicos”, explicó. “Yo aportaría la convicción de que para que todos los países posean ese sistema de alerta temprana es necesario trabajar cuerpo a cuerpo con todos los Estados Miembros”, aunque explica que no hay un único sistema de alerta temprana que solucione el problema al 50 por ciento de países que hoy no lo poseen. Destacó que esos sistemas deben desarrollarse con quienes toman las decisiones ante una alerta, como los servicios de Protección Civil o de bomberos, ya que se pueden desarrollar sistemas maravillosos, pero si las personas que deben usar la información no están involucradas desde el principio, no funcionan. “Por otra parte, es fundamental tener la seguridad de que estos sistemas cubren a los más vulnerables, sabiendo que en muchos lugares inaccesibles a las comunicaciones. Si pienso imprimir un sello, es el de cómo voy a llevar adelante las prioridades que marcaron los Estados”, agregó.

Gases de efecto invernadero y otros asuntos urgentes Al mencionar las urgencias en la planificación de la OMM, Saulo fue contundente: la medición de los gases de efecto invernadero. No hay estándares compartidos a nivel global para establecer mecanismos de medición, porque la contaminación ambiental proviene de diversas fuentes y deberíamos tener los recursos para poder medir de una manera en que todos los países estén de acuerdo. “Si hay algo que tiene la OMM como fortaleza es, desde hace muchísimos años, compartir información en tiempo real, establecer estándares de qué se y cómo se mide, cómo se procesa, cómo se archiva y cómo se generan estadísticas”, explicó. Asimismo, identificó a la criósfera como otro de los temas a abordar con rapidez. Las masas de hielo, es otra gran preocupación a tener en cuenta” advierte al recordar que es necesario un mayor esfuerzo para determinar qué ocurre con los cuerpos de hielo, porque son la fuente de agua dulce más importante, y de ellos depende el acceso y la calidad del agua, la seguridad alimentaria y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “Para esto necesitamos empoderar a los servicios meteorológicos de todos los países”, afirma.

La meteorología, una ciencia indispensable Refiriéndose al rol protagonista que los servicios meteorológicos deberían tener para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Saulo comentó que hay muchos gobiernos y gobernantes que no logran vincularlos. “Uno de los Objetivos es la Acción Climática, pero también tenemos otros que se refiere a la falta de agua, al hambre cero y a la energía... Me pregunto ¿cómo imaginamos que se pueden abordar esos objetivos sin tener servicios meteorológicos e hidrológicos que informen oportunamente, que permitan mejorar los sistemas productivos para generar la transición hacia energías limpias, cuando todas las energías limpias dependen de la meteorología: viento, sol, agua, aire?

Ese es un aspecto que me quita el sueño, y que creo que la OMM tiene un rol determinante para ayudar a los Gobiernos a entender el papel central de los servicios meteorológicos en cada país”.

© UNICEF/Sokhin

No hay desastres naturales sino amenazas naturales

Saulo hizo una referencia muy precisa para internalizar y utilizar los términos meteorológicos con propiedad. “Es incorrecto hablar de desastres naturales; las que son naturales son las amenazas: una erupción volcánica sucede, una tormenta severa sucede, un tsunami sucede. Que eso se convierta en un desastre depende de a quién y cómo impacta, y cuán vulnerable es el sector impactado. Eso lo transforma en un desastre”. El componente social es el que determina si se trata simplemente de una tormenta o si es un desastre en el cual muere gente, se pierden viviendas y medios de vida. “No es lo mismo que una tormenta ocurra en lugares con viviendas sólidas, con sistemas de desagües adecuados, a que se presente en sitios con edificaciones precarias, en asentamientos no aptos para la construcción. Así, una tormenta se transforma en un desastre natural debido al entorno habitacional, y con gran responsabilidad de las personas, de los gobiernos y de los Estados. La pregunta entonces es ¿qué se hizo para minimizar el impacto de ese hecho natural?”.

Cambio climático e inequidad Los años de experiencia posicionan a Saulo como experta en los riesgos que el cambio climático causa en la vida y el futuro de las personas. Para ella el cambio climático llegó, se instaló y en distintas regiones del mundo exhibe comportamientos diferentes, como documentó el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), organismo de la ONU dedicado a observar la ciencia que estudia el cambio climático, el cual se nutre de las aportaciones de la OMM y del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA). “Ayudamos a que se siga investigando cómo cambia el clima. El cambio climático es una enorme preocupación, al igual que la inequidad. Mientras vaya en aumento la inequidad, será difícil resolver el impacto del cambio climático.”

Revertir los efectos del cambio climático Saulo explica que para mitigar el cambio climático son muy necesarias las acciones individuales, y se muestra a favor de las iniciativas que busquen el cambio de hábitos, que promuevan el consumo responsable, y las acciones verdes que cada uno pueda realizar en la vida cotidiana. “También es fundamental que los gobiernos y las corporaciones globales actúen; que se busquen inversiones en términos de matriz energética; que se ayude a los países menos desarrollados; que se generen políticas impositivas que activen y fomenten el uso de energías limpias”, agrega. Señala que todos los países tienen que transitar a la neutralidad de carbono cuanto antes, aunque entiende que los países más ricos pueden hacerlo con mayor rapidez y deberían contribuir con los menos ricos para que puedan hacerlo. “No hay plan B”. “Pido a las nuevas generaciones involucrarse, que hagan todo lo que esté a su alcance, porque hoy la voz de los científicos no es suficiente. Tenemos que buscar que la voz de las sociedades sea ensordecedora en el reclamo de una acción climática para garantizar la protección del planeta”.

Reportaje producido por Natalia Montagna / Centro de Información de la ONU en Buenos Aires.

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