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Sinaloa, un estado fallido

Actualizado: 5 feb


TEMAS CENTRALES


Por Miguel Tirado Rasso


Con este respaldo, que no ha logrado

contener la ola de violencia,

Rubén Rocha Moya ha relajado

su responsabilidad en la gobernanza,

para convertirse en una figura decorativa,

en espera de que la guerra entre Chapitos

y Mayistas termine o concluya su período

gubernamental, lo que suceda primero.

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, declara que “en Sinaloa se vive perfectamente bien” y que es un estigma verlo como un estado violento. Quizá para este funcionario, el hecho de que sólo en los últimos cuatro meses se hayan registrado cerca de 800 homicidios y casi mil personas hayan sido reportadas como desaparecidas, no significa que haya violencia en la entidad que “gobierna.” Esto nos recuerda al clásico: “no hay más violencia, hay más homicidios”.

Para los sinaloenses, el enfrentamiento entre Chapitos y Mayistas les ha alterado la vida; no viven “perfectamente bien”, como afirma su gobernador, pues están con permanente temor ante la inseguridad que prevalece en la capital y varias ciudades del estado.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la percepción de inseguridad en Culiacán pasó de 55.7 por ciento en septiembre de 2024, a 90.6 por ciento en diciembre de 2024. Nueve de cada diez habitantes de la capital del estado se sienten inseguros en su ciudad.

Esto no es gratuito, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en los primeros 24 días de 2025 se registraron 108 homicidios dolosos en Sinaloa, cuando hace un año, en 2024 en el mismo período, el número de homicidios fue de 32.

El conflicto entre los dos grupos del Cártel de Sinaloa ha provocado, según la Alianza para el Desarrollo y Competitividad de las Empresas (ADECEM) el cierre de más de mil empresas y la pérdida de 2,300 empleos. Son 140 días de violencia que han alejado al turismo, con pérdidas millonarias para la economía del estado.

En auxilio del gobernador Rocha, la presidenta Claudia Sheinbaum dispuso que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, se trasladara a Sinaloa y permaneciera en la entidad para diseñar la estrategia para “la construcción de la paz en el estado”, ante la evidente incapacidad del mandatario local para enfrentar el problema.

Con este respaldo, que no ha logrado contener la ola de violencia, Rubén Rocha Moya ha relajado su responsabilidad en la gobernanza para convertirse en una figura decorativa, en espera de que la guerra entre Chapitos y Mayistas termine o concluya su período gubernamental, lo que suceda primero. Porque, como se ven las cosas, la línea desde Palacio Nacional o, tal vez, de más allá, es sostenerlo en el cargo a como dé lugar, aunque su presencia, actuación y antecedentes afecten la imagen de la titular del Ejecutivo.

El tema es que la guerra interna parece no tener fin y los sinaloenses están cansados de la pasividad e indiferencia de un gobernador que insiste en minimizar el problema de inseguridad, obstinado en negar los alarmantes números de homicidios y desaparición de personas y empecinado en atribuir todo a una mala propaganda contra su gobierno. De ahí las marchas y manifestaciones de los ciudadanos que reclaman la renuncia del gobernador, a quien acusan de tener nexos con el crimen organizado.

No debe olvidarse que en el proceso electoral para gobernador, en junio de 2021, el Cártel de Sinaloa estuvo muy activo promoviendo y apoyando la candidatura de Rubén Rocha Moya. En primer lugar, “neutralizando” a los candidatos de oposición y a sus equipos de campaña mediante amenazas y secuestros temporales, y, segundo, con apoyos económicos para su campaña, según consta en videos y grabaciones de la entonces subdelegada regional de Programas Sociales de Morena en Sinaloa, María del Rocío Joselyn Hernández Jiménez, que fueron publicados y comentados por el periodista Héctor de Mauleón.

¿Qué hace inamovible al gobernador Rocha Moya, a pesar de las graves acusaciones formuladas por el Mayo Zambada en una carta que su abogado dio a conocer a los medios en la que el capo señala una supuesta conexión entre su arresto, el asesinato del diputado Héctor Melesio Cuén Ojeda, acérrimo enemigo del gobernador, y el propio Rubén Rocha Moya?

Solo cabe especular que su blindaje pudiera deberse a sus nexos con el Cártel de Sinaloa, que permitieron el apoyo de éste a las campañas de candidatos morenistas para algunas gubernaturas y otros cargos de elección popular en el proceso electoral de 2021. Pero si antes fue un elemento útil para Morena, ahora es una pieza incómoda en el tablero político que tendrán que remover.

Enero 30 de 2025

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