Un nuevo informe sobre la brecha de producción revela que los gobiernos planean producir alrededor de un 110 por ciento más de combustibles fósiles en 2030 de lo que sería consistente con limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius (°C), y un 69 por ciento más de lo que sería consistente con limitar el calentamiento a 1,5°C.
Esto, a pesar de que 151 gobiernos nacionales se comprometieron a lograr emisiones netas cero y los últimos pronósticos que sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo en esta década, incluso sin nuevas políticas.
Combinados, los planes gubernamentales conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas hasta al menos 2050, y crearán una brecha cada vez mayor en la producción de combustibles fósiles.
El Informe sobre la Brecha de Producción 2023: ¿Frenar con el acelerador? Los principales productores de combustibles fósiles planifican más extracciones a pesar de sus promesas climáticas concluye que los gobiernos planifican producir alrededor de un 110 por ciento más de combustibles fósiles de aquí a 2030.
El estudio presenta perfiles detallados de los 20 países con mayor producción de combustibles fósiles: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos de América, Federación Rusa, India, Indonesia, Kazajstán, Kuwait, México, Nigeria, Noruega, Qatar, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Sudáfrica. Estos perfiles muestran que la mayoría de estos gobiernos siguen prestando un importante apoyo político y financiero a la producción de combustibles fósiles.
"No podemos hacer frente a la catástrofe climática sin solucionar de raíz su principal causa: la dependencia de los combustibles fósiles. La COP28 debe transmitir un mensaje inequívoco de que a la era de los combustibles fósiles ya se le acabó la chispa, de que su eliminación es inevitable. Se requieren compromisos creíbles para acelerar las energías renovables, eliminar progresivamente los combustibles fósiles e intensificar la eficiencia energética, al tiempo que se garantiza una transición justa y equitativa", declaró António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Las principales conclusiones del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) incluyen:
Dados los riesgos e incertidumbres de la captura y el almacenamiento de carbono y la eliminación de dióxido de carbono, los países deberían aspirar a una eliminación casi total de la producción y el uso de carbón para 2040, y una reducción combinada de la producción y el uso de petróleo y gas en tres cuartas partes para 2050 desde los niveles de 2020, como mínimo.
Si bien 17 de los 20 países presentados se han comprometido a lograr emisiones netas cero (y muchos han lanzado iniciativas para reducir las emisiones de las actividades de producción de combustibles fósiles), ninguno se ha comprometido a reducir la producción de carbón, petróleo y gas de acuerdo con limitar el calentamiento a 1,5°C.
Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar los combustibles fósiles deberían aspirar a reducciones más ambiciosas y ayudar a apoyar los procesos de transición en países con recursos limitados.
El Informe sobre la brecha de producción de 2023 fue producido por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI), Climate Analytics, E3G, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Evalúa la producción planificada y proyectada de carbón, petróleo y gas de los gobiernos frente a niveles globales consistentes con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.
Julio de 2023 fue el mes más caluroso jamás registrado y, muy probablemente, el más caluroso de los últimos 120 mil años, según los científicos. En todo el mundo, olas de calor mortales, sequías, incendios forestales, tormentas e inundaciones cobran vidas y medios de subsistencia, dejando claro que el cambio climático inducido por el hombre ya está aquí. Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (90 por ciento de las cuales provienen de combustibles fósiles) alcanzaron niveles récord en 2021-2022.
“Los planes de los gobiernos para expandir la producción de combustibles fósiles socavan la transición energética necesaria para lograr emisiones netas cero, poniendo en duda el futuro de la humanidad”, indicó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
"Impulsar las economías con energía limpia y eficiente es la única manera de poner fin a la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo. A partir de la COP28, las naciones deben unirse para una eliminación controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias que se avecinan y beneficiar a todas las personas en el planeta”, añadió.
"Encontramos que muchos gobiernos están promoviendo el gas fósil como un combustible de 'transición' esencial, pero sin planes aparentes para abandonarlo más adelante", explicó Ploy Achakulwisut, autor principal del informe y científico del SEI.
“La ciencia dice que debemos comenzar a reducir la producción y el uso global de carbón, petróleo y gas ahora, junto con aumentar la energía limpia, reducir las emisiones de metano de todas las fuentes y otras acciones climáticas, para mantener vivo el objetivo de 1,5°C”, agregó.
A pesar de ser la causa fundamental de la crisis climática, los combustibles fósiles han permanecido en gran medida ausentes de las negociaciones internacionales sobre el clima hasta los últimos años.
En la COP26, a finales de 2021, los gobiernos se comprometieron a acelerar los esfuerzos hacia “la reducción gradual de la energía incesante a base de carbón y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”, aunque no acordaron abordar la producción de todos los combustibles fósiles.
"La COP28 podría ser el momento crucial para que los gobiernos finalmente se comprometan con la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles y reconozcan el papel que deben desempeñar los productores para facilitar una transición gestionada y equitativa", señala Michael Lazarus, autor principal del informe y director del Centro SEI de los Estados Unidos.
“Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar la producción de combustibles fósiles tienen la mayor responsabilidad de hacerlo y, al mismo tiempo, proporcionar financiamiento y apoyo para ayudar a otros países a hacer lo mismo”. Alrededor de 80 investigadores de más de 30 países contribuyeron al análisis y revisión, abarcando numerosas universidades, grupos de expertos y organizaciones de investigación.
Reacciones al Informe sobre la brecha de producción de 2023 "Los combustibles fósiles ya están escritos. Para mediados de siglo debemos haber relegado el carbón a los libros de historia y reducido la producción de petróleo y gas en al menos tres cuartas partes, en el camino hacia una eliminación total de los fósiles. Sin embargo, a pesar de sus promesas climáticas, los gobiernos planean invertir aún más dinero en una industria sucia y moribunda, mientras abundan las oportunidades en un floreciente sector de energía limpia. Además de la locura económica, es un desastre climático que nosotros mismos hemos provocado”.
Neil Grant
analista de clima y energía
Climate Analytics
"A pesar de que los gobiernos de todo el mundo firmaron ambiciosos objetivos netos cero, la producción mundial de carbón, petróleo y gas va en aumento, mientras que las reducciones planificadas no son suficientes para evitar los peores efectos del cambio climático. Este abismo cada vez mayor entre la retórica de los gobiernos y sus acciones no sólo socava su autoridad, sino aumenta el riesgo para todos. Vamos camino en esta década hacia producir 460 por ciento más carbón, 82 por ciento más gas y 29 por ciento más de petróleo del que correspondería al objetivo de calentamiento de 1,5°C. Antes de la COP28, los gobiernos deben aumentar drásticamente la transparencia sobre cómo alcanzarán los objetivos de emisiones y adoptar medidas legalmente vinculantes para apoyar estos objetivos".
Angela Picciariello
investigadora principal
IISD
“Dado que la demanda de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo en esta década, incluso sin políticas adicionales, es claro que la nueva realidad económica se convierte en una de crecimiento de energía limpia y disminución de los combustibles fósiles; sin embargo, los gobiernos no planifican la realidad de la inevitable transición energética. Continuar las inversiones en la producción de nuevos combustibles fósiles a medida que se reduce la demanda mundial de carbón, petróleo y gas es una apuesta económica a corto plazo para todos, excepto para los productores. Y los daños climáticos se agravarán aún más a menos que detengamos la expansión de los combustibles fósiles. Es el momento de que los gobiernos tomen el control de la transición a la energía limpia y alineen sus políticas con la realidad de lo que se necesita para un mundo climáticamente seguro”.
Katrine Petersen
asesora principal de políticas
E3G
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