Por Déborah Buiza
@DeborahBuiza
Con mucha frecuencia escuchamos o expresamos las oraciones “no tengo tiempo”, “no sé en qué se me fue el tiempo”, “ya lo haré cuando tenga tiempo”, “ni tiempo me ha dado de hacer tal o cual cosa”, etc., e incluso Joaquín Sabina popularizó sus dudas en los años 80 al preguntarse ¿Quién me ha robado el mes de abril? ¿Cómo pudo sucederme a mí? Pero, ¿quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón…”, pero en realidad ¿no tenemos tiempo?, ¿nos lo pueden robar?
Detente un momento y pregúntate: ¿qué hago con mi tiempo?
Dicen que todos tenemos las mismas 24 horas, por lo que no es que no tengamos tiempo, sino que lo gestionamos de manera diferente. Es cosa de organizarse, priorizar y dedicar más tiempo a lo que nos interesa.
Ojalá fuera tan sencillo como eso (no lo es), pero sabemos que la vida no es una línea continua que avanza con ritmo constante, por lo que encontrar el cómo “sacar tiempo” de donde no lo hay es todo un reto.
Necesitamos reconocer y aceptar que el tiempo es un recurso limitado y que su característica es que una vez que se va se ha ido para no volver, y aunque esto suene dramático quizá nos ayude a poner un poco en perspectiva las cosas, personas y situaciones en las que queremos invertir nuestras energías y nuestro tiempo.
El tiempo que pasas enojado en vez de... …el tiempo que pasas sin hacer lo que te gusta… ...el tiempo que pasas sin cuidarte… ...el tiempo que pasas lejos de los tuyos… ...el tiempo que no inviertes en ti, en los tuyos y en lo que te gusta… el tiempo que no disfrutas… ...ese tiempo se fue para no volver.
Ahora, si decides ocupar tu tiempo en esos enojos, en hacer cosas que te disgustan, en descuidarte a ti y a los tuyos, en gastarlo en cosas y situaciones sin sentido que no aportan nada, en dejar pasar los días en blanco, está bien, es tu tiempo y tu decides qué hacer con él.
Pero, ¿realmente decidimos de forma consciente lo que hacemos o haremos con nuestro tiempo? ¿De quién es tu tiempo?
Te propongo invertir 30 minutos de tu tiempo y anotar en una hoja o en alguna app de tu celular u ordenador la respuesta a la pregunta ¿De quién es mi tiempo?
Piensa en las personas a las cuales dedicas tiempo; a cuáles preocupaciones, a qué actividades, temas, proyectos, etc. Al terminar la lista, anota cuánto tiempo les dedicas al día. ¿Qué percibes? Ahora piensa en las cosas, proyectos y personas que realmente son importantes para ti. ¿Se corresponde el tiempo que diariamente les dedicas con tus prioridades?
¿Quiénes son tus “ladrones” de tiempo?
Pongámonos serios y sinceros: quisieras “más tiempo” para hacer otras cosas o estar con las personas que quieres, pero ¿realmente haces algo para que suceda? Para que las cosas pasen necesita uno poner fecha y hora, agendarlo y respetar ese espacio, así sea tomar tiempo para ti. Dicen que lo que no se agenda no se hace.
Revisa en tu día a día a qué dedicas tiempo, quién te lo “roba” y a qué le dedicas tiempo que no te permite hacer lo que quisieras.
Además de revisar en qué utilizas el tiempo, intentar poner a raya a los “ladrones de tiempo”, reorganizar agendas, priorizar lo que en verdad nos interesa; buscar los modos de optimizar el tiempo y los recursos con que contamos; buscar activamente los espacios para encontrarnos con las personas o hacer las actividades que deseamos. Necesitamos aceptar que el tiempo es limitado y que somos seres humanos con limitaciones.
No podemos hacer siempre todo al mismo tiempo con el máximo rendimiento, desempeño y resultados, así que decidamos en qué queremos invertir nuestro tiempo y actuemos en consecuencia, no esperemos más a preguntarnos en qué se nos fue el tiempo.
Y a ti, ¿quién te roba el tiempo?
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