Texto e imagen de Fernando Silva
Al observar y estudiar las dinámicas sociales, es posible comprender cómo entre el orden y el caos existe una disposición y proporción en la agitación ideológica-cultural como consecuencia de comportamientos juiciosos-sensatos o conductas irreflexivas-imprudentes, en donde las variables del pensamiento individual y colectivo, sutiles o zafias, permiten o deniegan el desarrollo de transformaciones en bienestar general, naturalmente, tomando como punto de partida —desde lo social— la integración, la aceptación, la contribución, la actualización y la coherencia. En este entendido, es vital saber que la palabra «orden» del latín ordo, ordĭnis, cuya significación indica la organización basada en uno o varios criterios lógicos que determinan los medios por los que se relacionan los elementos en términos de: coordinar (visible en el latín medieval en coordinare, precisamente sobre la conjugación del latín co- y ordināre); ordinario (en latín ordinarius), ordenador (entendido en latín como ordinātor), entre otros. Y la palabra «caos», del griego kaos, que significa «abertura u oquedad insondable», y que en la teogonía del poeta Hesíodo se designaba como el espacio vacío infinito que existía antes de todas las cosas; en latín, chaos, que se interpretaba filosóficamente como la masa sin modelar (en estado bruto) sobre la que esa figura imaginaria —el gran arquitecto del universo— introdujo orden y armonía generando el Cosmos. Haciendo una analogía en nuestra actualidad, podría replicarse tomando como ejemplo las ideas ultraderechistas (en estado de brutalidad) en la retorcida figura —la oligarquía-neoliberal— que enclava con perverso fárrago tremendo odio hacia quienes no aprobamos esa teoría política y económica.
Al respecto y queriendo entender como se explican las cosas desde las proposiciones de los científicos, desde hace décadas el sustantivo «caos» fue sustituido por el adjetivo «determinista», lo que aparentemente resulta contradictorio pero que, al conjugarse, dio origen a la «Teoría del caos» y al concepto vinculante «Efecto mariposa». El precursor de tales principios es el matemático y meteorólogo Edward Norton Lorenz, que en 1963, trabajando en unas ecuaciones que esperaba predijeran el tiempo en la atmósfera, se sorprendió al observar que pequeñas diferencias en los datos de partida (como utilizar tres o seis decimales) llevaban a grandes diferencias en las predicciones de su modelo; por ende, cualquier perturbación o error en las condiciones iniciales puede tener una gran influencia sobre el resultado final. De ahí que la expresión «El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo» refleja de manera precisa su hipótesis. Evidentemente, se trata de teorías estimulantes que han ido logrando mayor relevancia entre los científicos debido a sus múltiples aplicaciones, ya que en un sistema determinista pequeños cambios pueden conducir a resultados divergentes, es decir, cualquier alteración inicial —por mínima que sea— mediante un proceso de amplificación puede concebir un inmenso efecto a corto, mediano y largo plazos, como el movimiento de los astros, el desplazamiento de las ballenas en los océanos, pasar de una tormenta tropical a un huracán categoría cinco, la demora de vuelos comerciales, la sincronización de las neuronas…, todos sistemas caóticos o dinámicos no lineales.
Como dato curioso, en 1952, en el cuento de ciencia ficción «El ruido de un trueno», del escritor Ray Douglas Bradbury, somos transportados al año 2055, a un negocio llamado «Safari en el tiempo, S. A.» que promete llevar a sus clientes de viaje al pasado para que puedan cazar animales prehistóricos como el Tyrannosaurus rex. Y conforme se avanza en la trama, se analizan las consecuencias de pisar un ratón:
«—¿Eso qué? —gruñó suavemente Travis—. ¿Qué pasa con los zorros que necesitan esos ratones para sobrevivir? Por falta de diez ratones muere un zorro. Por falta de diez zorros, un león muere de hambre. Por falta de un león, especies enteras de insectos, buitres, infinitos billones de formas de vida son arrojados al caos y la destrucción. Al final todo se reduce a esto: cincuenta y nueve millones de años más tarde, un hombre de las cavernas, uno de la única docena que hay en todo el mundo, sale a cazar un jabalí o un tigre para alimentarse. Pero usted, amigo, ha aplastado con el pie a todos los tigres de esa zona al haber pisado un ratón. Así que el hombre de las cavernas se muere de hambre. Y el hombre de las cavernas, no lo olvide, no es un hombre que pueda desperdiciarse, ¡no! Es toda una futura nación». […]
«—¡No algo tan pequeño! ¡No una mariposa! —gritó Eckels—. Cayó al suelo una cosa exquisita, una cosa pequeña que podía destruir todos los equilibrios, derribando primero la línea de un pequeño dominó, y luego de un gran dominó, y luego de un gigantesco dominó, a lo largo de los años, a través del tiempo. La mente de Eckels giró sobre sí misma. La mariposa no podía cambiar las cosas. Matar una mariposa no podía ser tan importante. ¿Podía?».
En esta dirección del pensamiento, la voluntad política de millones de mexicanos permitió —en esa diferencia de consciencia y valor moral-cultural-democrático— no admitir la iteración sistemática promovida por un desgastado sistema neoliberal representado por la mediocre y trolera ingeniera Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, dando continuidad al representativo-progresista que tiene como principal bandera ideológica-humanista el bienestar general, principalmente, de los sectores vulnerables, además de no ser un gobierno que prepondere los intereses de cúpulas hegemónicas (clasistas, racistas y aporofóbicas) que, dicho sea de paso, por enésima ocasión en lugar de brindarse como dignos referentes en pro del bien común, ni siquiera tuvieron la capacidad para pensar y presentar decentes orientaciones o directrices a soluciones sociales y, a cambio de esa falta de inteligencia y empatía hacia la población, se dedicaron a embaucar con su «Marea rosa» a sus simpatizantes, y con la torpe intención de no perder sus malogrados privilegios, llegaron al descaro de propagar —en combinación con el opacado PRIAN+RD— noticias falsas, guerra sucia colmada de insultos, mentiras, bots (una aplicación de software automatizada) y campañas de desprestigio para intentar dañar la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la entonces candidata a la Presidencia, doctora en Ingeniería Energética Claudia Sheinbaum Pardo.
Felizmente, y a pesar de esa irracional oposición partidista, ahora tan sólo queda que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) entregue la Constancia de mayoría que acredite como presidenta electa a la doctora Sheinbaum, lo que permitirá afianzar los «Programas para el bienestar»: Pensión para las personas adultas mayores; Sembrando vida; Jóvenes construyendo el futuro; las becas «Benito Juárez de Educación» básica, media y superior; Pensión para personas con discapacidad; Programa para niñas y niños (hijos de madres trabajadoras); «La escuela es nuestra»; producción para el bienestar: Bienpesca, Fertilizantes, Por una mejor vivienda, Precios de garantía... Además, en el proyecto (2024-2030) se señala que buscará promover cambios en el estilo de vida saludables, así como impulsar campañas para prevenir enfermedades en etapas tempranas. Esto incluye fortalecer el esquema de vacunación para toda la población y promover la producción nacional de vacunas. Vigilar la salud a través del eje «Primeros mil días de vida y envejecimiento», que se aplicará en los recién nacidos y en los adultos mayores de 60 años, para reducir la incidencia de enfermedades crónico-degenerativas. Aquí también se incluyen incentivos para cuidadores de enfermos. Dentro de las propuestas, anunció que se creará el programa «Salud casa por casa» para dar atención a domicilio, y las mujeres de 60 a 64 años recibirán un apoyo bimestral equivalente a la mitad de la pensión de 65 y más, entre otros beneficios para todos los mexicanos.
Confiados en las capacidades de la primera presidenta de México y al margen de que el orden y el caos son inherentes a la esencia de la humanidad, es fundamental que mantengamos la voluntad para elevar la calidad de vida de todos con el digno ejemplo individual y colectivo, obviamente no generando violencia (de ningún tipo), ni cualquiera de los actos que dañan la estabilidad social como lo son el cohecho y la corrupción.
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