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Guerra, Tierra y Periodismo




Por Manuel Méndez

Periodista / Uruguay


Periodistas de todo el mundo se reunieron en Roma para debatir la crisis ambiental en el XVI Foro Internacional Sobre la Protección de la Naturaleza, organizado por Greenaccord.

En medio de crisis políticas, financieras, bélicas, culturales y climáticas, hay un altísimo riesgo de comprometer el futuro de la humanidad.

"El nuevo foro tras la COVID-19 nos permite afirmar que sólo podemos salvar nuestro futuro si lo construimos juntos, en la convivencia de las diferencias y reduciendo las desigualdades", manifestó Alfonso Cauteruccio, presidente de Greenaccord, en el encuentro realizado del 10 al 12 de octubre de 2024 en Frascati, en el Centro Giovanni XXIII.

Lo mejor fue compartir, por varios días, con periodistas de todo el mundo, experiencias muy importantes que demuestran que el mundo es uno sólo y necesitamos trabajar para hacerlo mucho mejor.

 El mundo podemos salvarlo juntos, cuidando y preservando el bienestar de nuestra especie para las futuras generaciones.

Una de las peores fuentes de devastación ambiental son las guerras.

Las guerras de Ucrania y el genocidio en Palestina y el Líbano son dos ejemplos claros de lo que señalamos. Hay actualmente más de 50 conflictos armados en todo el mundo, que producen una verdadera catástrofe ambiental, producto de la actividad militar, que permanecerá en la naturaleza muchos años después de que las guerras hayan terminado.

Los bombardeos constantes ya han producido millones de toneladas de residuos tóxicos muy peligrosos. El impacto ecológico de las guerras no se tiene en cuenta a la hora de analizar esta temática.

 No hay duda de que la guerra es la peor forma de ecocidio.

Ya es hora de comenzar a establecer este punto en la agenda de las conferencias internacionales sobre crisis climática y poner la cultura de la paz por encima de todo. Sus inmensos costos pueden destinarse a eliminar el hambre, las enfermedades, a proteger a la naturaleza y sus ecosistemas.

¿Qué papel juegan los periodistas y defensores de la tierra ante la crisis bélica y climática?

El informe 2023 de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), con sede en Bruselas, la cual representa a más de 600 mil periodistas en todo el mundo, indica que murieron 129 periodistas y trabajadores de medios en todo el mundo, 70 por ciento de ellos murieron al cubrir los acontecimientos en Gaza. El ejército de Israel en Gaza mató a 93 profesionales. También murieron cuatro periodistas israelíes, tres en Líbano y tres en Siria.

En la zona Asia-Pacífico fueron asesinados doce periodistas. Pakistán, Filipinas, India, Afganistán, China y Bangladesh.

En América Latina fueron asesinados once periodistas. México está a la cabeza, con siete profesionales y una tasa de impunidad del 95 por ciento.

En África se registraron ocho asesinatos; cuatro, en la Unión Europea.

Hay que remarcar que en 2023 se registraron 427 periodistas en prisión. Destacan 80 en China; 51, en Myanmar; Turquía, 41; Rusia, 40, y Bielorrusia, 35.

No hay protección de los Estados a la labor periodística.

Pese a las muertes, la presión y persecución, los periodistas y trabajadores de medios en todo el mundo siguen defendiendo la libertad de prensa e información y la calidad democrática.

En cuanto a los defensores ambientales, en 2023 fueron asesinados 196 en todo el mundo, según informa Global Witness.

En los últimos diez años fueron asesinados 2 mil 106 defensores ambientalistas o defensores de la tierra. No cuentan con protección de los Estados y, si existen leyes protectoras, no se cumplen.

El primer lugar en el mundo de asesinatos de defensores ambientales y la naturaleza fue Colombia, con 79; segundo, Brasil, con 25 asesinatos; tercero, México, con 18 asesinatos; cuarto, Honduras, también con 18 asesinatos.

Es de destacar que en un año, América Latina y el Caribe registraron el número más alto de asesinatos de todo el mundo, con 166, que en su mayoría permanecen impunes.

Los pueblos indígenas y afrodescendientes son víctimas desproporcionadas de asesinatos, con un 49 por ciento, sólo por el hecho de denunciar y oponerse a las industrias extractivistas, la deforestación y la contaminación de sus tierras.

Si no podemos proteger sus vidas, ¿cómo podemos cuidar el medio ambiente del que todos dependemos?

Es urgente defender y denunciar la situación de los pueblos nativos e indígenas que luchan en defensa de sus tierras, ecosistemas, el agua, la biodiversidad y la crisis climática.

Los responsables son agentes de gobiernos, poder político y económico, y las naciones ricas que dominan los recursos en todo el mundo.

A escala mundial hay pérdidas por más de 10 millones de hectáreas de bosques por año, según datos oficiales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los bosques son los pulmones del planeta y resumideros naturales de carbono.

Cada año se concentra más la riqueza, al tiempo que hay más desigualdades, pobreza y hambre en el mundo, junto a la crisis climática.

Multibillonarios y megaempresas a nivel mundial concentran todo, incluidos medios de comunicación. El 1 por cieno más rico tiene más riqueza que el 95 por ciento de la población mundial.

Ellos son los responsables directos de la actual situación planetaria.

¿Seguiremos tratando a la naturaleza sin piedad y sin misericordia?

Hoy el mundo necesita soluciones globales y líderes políticos consustanciados con sus pueblos.

Si los líderes políticos, sociales y la sociedad civil no reaccionan en amplitud y profundidad, nos seguiremos acercando cada vez más al abismo. El desafío “es luchar por la vida arriba de la tierra”.

"Comienza haciendo lo necesario. Después lo que es posible. Y de repente estarás haciendo lo imposible", sostenía San Francisco de Asís.

Más directo fue el Papa Francisco: ” Dios perdona siempre; los hombres, algunas veces; la naturaleza, nunca”.

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