La 16 Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica (COP16) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) terminó suspendida por falta de quórum y con varios asuntos pendientes, como el financiamiento y el mecanismo de monitoreo de la protección de la biodiversidad.
Ambos puntos pendientes de acuerdo son trascendentales para la implementación del Marco Mundial Kunming-Montreal para la Biodiversidad, el plan global adoptado durante la COP15 en Canadá para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para el año 2030.
La razón fue la suspensión de la cumbre por falta de quórum, ya que no había un número suficiente de negociadores. “Eso deja algunos retos para la convención y corresponde empezar a subsanarlos”, reconoció la ministra de Ambiente de Colombia y presidenta de la Conferencia, Susana Muhamad.
Uno de los pendientes fue la falta de definición de un modelo de financiamiento para llevar a la realidad el plan de protección de la biodiversidad, identificando las fuentes de recursos, los mecanismos de acceso y de ejecución. Los cálculos indican que para la implementación del marco se requieren 700 mil millones de dólares.
El otro punto que no se alcanzó a concretar fue el del mecanismo de monitoreo para medir los avances de los países en el cumplimiento de la hoja de ruta para la protección de la biodiversidad.
La COP de la gente
La COP16 recibió 170 delegaciones oficiales. El principal acuerdo que logró es el reconocimiento de las comunidades indígenas y afrodescendientes como protagonistas de la conservación de la biodiversidad.
Al cierre de la COP16 se aprobó la creación del órgano subsidiario del artículo 8J para pueblos indígenas y comunidades locales, contemplado en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el instrumento internacional para “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”. El objetivo central del Convenio, adoptado por 196 países en 1992, es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible.
El artículo 8J señala que cada país firmante “respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica”. También destaca que se promoverá su aplicación más amplia con la aprobación y la participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados de su utilización se compartan equitativamente.
De ahí que la creación del nuevo órgano subsidiario, es decir, la formalización de un espacio permanente para que los pueblos originarios participen en la toma de decisiones sobre biodiversidad, salde una deuda del Convenio sobre Diversidad Biológica que completaba más de tres décadas. Se trata de un espacio que permitirá fortalecer la articulación de los países con los pueblos indígenas y las comunidades locales en la definición de acciones que contribuyan a la protección de la naturaleza.
“Es una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre ambiente. Los pueblos indígenas y las comunidades locales del mundo recordamos el largo camino recorrido en este convenio”, dijo Camila Paz Romero, vocera de los pueblos indígenas.
“Este nuevo órgano subsidiario es un referente para el mundo en que las partes reconocen la necesidad continua de nuestra participación plena y efectiva, conocimientos, innovaciones, tecnologías y prácticas tradicionales para cumplir los objetivos del convenio”, añadió.
Los otros dos órganos subsidiarios que asisten a la Conferencia de las partes son el de asesoramiento científico, técnico y tecnológico, que realiza la evaluación del estado de la biodiversidad; y el de implementación, que formula recomendaciones sobre aspectos técnicos y científicos de la aplicación del convenio.
Reconocimiento a comunidades afrodescendientes
Otro logro es el reconocimiento de las comunidades afrodescendientes como parte del artículo 8J del Convenio sobre Diversidad Biológica, con lo que se les considera actores fundamentales para el cuidado y protección de la biodiversidad y se les concede acceso a recursos para financiar proyectos que ayuden a salvaguardar el medio ambiente. De igual forma, podrán participar en discusiones ambientales globales, incluida la próxima Conferencia de las Partes (COP).
Beneficios compartidos
La COP16 también dio lugar a la creación del fondo mundial para el recaudo de recursos económicos provenientes del uso de información de secuencias genéticas digitalizadas y su distribución justa y equitativa. Así, las empresas que utilicen esta información para el desarrollo de sus productos deberán destinar parte de sus ganancias a un fondo, del cual se destinarán recursos a pueblos indígenas y comunidades locales, directamente o por medio de los gobiernos. Para compartir los beneficios, se tendrán en cuenta criterios como las necesidades de conservación y la riqueza en materia de biodiversidad de los países. En referencia a la sede de la COP16, se le ha denominado “Fondo Cali”.
Según el Gobierno de Colombia, además de las delegaciones oficiales se registraron alrededor de un millón de visitas a la llamada zona verde, un área dispuesta para la participación de la sociedad civil. Se calcula que unas 40 mil personas asistieron a una variada agenda de actividades académicas.
“Esta fue la COP de la gente. Se instaló la coalición ‘paz con la naturaleza’ y se logró movilizar tal vez la campaña de educación más importante que haya tenido Colombia en su historia y la movilización por la vida más importante que hayamos hecho. Sobre todo, ver tanta gente emocionada por la biodiversidad”, puntualizó Muhamad.
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