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Comer Doritos ¿nos hará invisibles?




Un tinte que transparenta los tejidos de los ratones podría usarse en la investigación médica. © Dra_Schwartz / Getty

¿Qué harías si fueras invisible? Todos en algún momento nos hemos hecho esa pregunta y hemos fantaseado con ser invisibles o transparentes.

La invisibilidad, que hasta ahora sólo es una historia de ciencia ficción, pudiera estar más cerca de lo que imaginamos.

Resulta que unos investigadores descubrieron que un tinte que da a los Doritos su color naranja puede hacer que los tejidos de los ratones sean transparentes.

Pero espera: no se trata de ver cuántas bolsas de Doritos debemos comer para ser invisibles; el asunto es más serio.

La aplicación del tinte a la piel de ratones vivos permitió a los científicos observar a través de los tejidos las estructuras que se encuentran debajo, incluidos los vasos sanguíneos y los órganos internos, sin necesidad de cirugía, incisiones o daños en los huesos o la piel del ratón.

El método, descrito en Science el 6 de septiembre de 1991, funciona al modificar la forma en que el tejido interactúa con la luz y podría ofrecer un método menos invasivo para controlar a los animales vivos utilizados en la investigación médica.

"Es un gran avance", afirma Philipp Keller, biólogo del Campus de Investigación Janelia del Instituto Médico Howard Hughes en Ashburn, Virginia.

La técnica modifica la forma en que los tejidos corporales —normalmente opacos— interactúan con la luz. Los fluidos, grasas y proteínas que forman tejidos como la piel y los músculos tienen diferentes índices de refracción: los componentes acuosos tienen índices de refracción bajos, mientras que los lípidos y las proteínas son altos. Los tejidos parecen opacos porque el contraste entre los índices de refracción hace que la luz se disperse.

Los investigadores especularon que agregar un tinte que absorba fuertemente la luz a dichos tejidos podría reducir la brecha entre los índices de refracción de los componentes, lo suficiente para hacerlos transparentes.


Al aplicar el tinte a un ratón y usar imágenes de contraste de moteado láser, los investigadores observaron los vasos sanguíneos en el cerebro del animal. © Universidad de Stanford/Gail Rupert/NSF

Cuando un material absorbe mucha luz en un color, la reflejará más en otros colores”, afirma el coautor del estudio Guosong Hong, científico de materiales de la Universidad de Stanford, en California.

El equipo usó la física teórica para predecir cómo ciertas moléculas alterarían la forma en que los tejidos de los ratones interactúan con la luz. Hubo varios candidatos, pero el equipo se centró en la tartrazina o FD&C Yellow 5, un colorante común utilizado en muchos alimentos procesados.

“Cuando la tartrazina se disuelve en agua, el agua desvía la luz más como lo hacen las grasas”, dice Hong. Un tejido que contiene líquidos y lípidos se vuelve transparente al agregar el colorante, porque la refracción de la luz de los fluidos coincide con la de los lípidos.

Piel transparente

Los investigadores demostraron la capacidad de la tartrazina para transparentar los tejidos en finas láminas de pechuga de pollo cruda. Luego masajearon el tinte en varias áreas de la piel de un ratón vivo. La aplicación del tinte en el cuero cabelludo permitió al equipo examinar minúsculos zigzags de vasos sanguíneos; al colocarlo en el abdomen, el equipo pudo ver claramente cómo se contraían los intestinos del ratón durante la digestión y reveló otros movimientos relacionados con la respiración. El equipo también usó la solución en una pata del ratón y pudo discernir las fibras musculares debajo de la piel.

La técnica puede hacer que los tejidos sean transparentes sólo hasta una profundidad de unos tres milímetros, por lo que actualmente tiene un uso práctico limitado para tejidos más gruesos y animales más grandes.

Como la tartrazina es un colorante alimentario, su uso en ratones vivos es seguro y el método es reversible: cuando se enjuaga el colorante, la piel vuelve a ser opaca, lo cual ofrece una enorme ventaja sobre los métodos existentes para hacer que los tejidos sean transparentes, normalmente inadecuados para animales vivos ya que a menudo implican el uso de productos químicos para cambiar el índice de refracción de ciertos componentes del tejido o para eliminarlos por completo.

El hecho de que el método produzca transparencia, sea reversible y pueda utilizarse en animales vivos “hará que sea algo obvio que mucha gente querrá utilizar”, afirma Keller.

Entre otras aplicaciones, se cree que podría ser útil en modelos de ratón que tengan como objetivo comprender el sistema nervioso y las enfermedades neurodegenerativas.



Referencias:

  1. Ou, Z. y col. Science 385 , eadm6869 (2024).

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