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Cinco años sin soluciones


Por Araceli Mendoza

Han pasado cinco años desde que se declaró la pandemia de COVID19. El 20 de marzo de 2020 inició un mundo diferente, lleno de miedo, de incertidumbre, de desconocimiento.

Realmente fue para millones de personas una terrible experiencia, que en México se combinó con la falta de capacidad de reacción del Gobierno federal, los hospitales saturados, las calles vacías, la escasez de medicamentos…

Surgieron entonces los populistas de América –Donald Trump, Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador–, para acuñar la inolvidable frase “como anillo al dedo”.

Al adulador y autodenominado "rockstar" de la COVID19, Hugo López Gatell, se le reprochó el mal manejo de la pandemia, lo cual provocó un verdadero genocidio. Gatell, además, culpó a los padres de los niños con cáncer de “golpistas”.

Llama la atención que son las madres quienes han tenido el valor de enfrentar y defender su posición ante este tipo de adversidades.

En marzo, mes de la mujer, vimos horrores de la humanidad aquí, en nuestro México. ¿Cómo hablar de defender la soberanía, cuando están matando al pueblo?

Las madres buscadoras son acosadas –y tristemente muertas–, porque muchos no quieren que se sepa la verdad… No la “verdad histórica”, que nunca se sabrá, por cierto. ¿Por qué estas madres tienen que buscar a sus hijos en infinidad de fosas y limpiar osamentas para tratar de encontrar algo que indique si es o no su hijo?

Esa debería ser tarea de la autoridad, pero cómo esperar que lo haga cuando la secretaria de Gobernación reconoce que ni siquiera saben cuántos desaparecidos hay. El colmo ¡desaparecen a los desaparecidos!

Con el caso del Rancho Izaguirre, en su contaminada y alterada escena del crimen, la autoridad puede  inculpar a esas mujeres. Es insultante ver cómo la presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), María Rosario Piedra Ibarra, se hace la desaparecida también.

En ningún momento hace frente a los abusos en materia de derechos humanos de miles de desaparecidos y de sus familiares. Es algo de verdad incongruente, ya que su propia madre fue “buscadora”, la primera madre buscadora de México, de su hermano. Lo cargó hasta llegar a sus fines políticos.

Las mentiras fueron la constante en el sexenio pasado y sigue siéndolo en los seis meses de la presidencia de Claudia Sheinbaum Pardo, con el mismo patrón a seguir, un sistema de salud más colapsado que nunca y, si México entra en recesión, habrá que prepararse porque los medicamentos encarecerán más.

Hoy vemos filas enormes en las clínicas para recoger los medicamentos recetados pero, al llegar a la ventanilla, se les informa que no hay en existencia y piden a la gente que regrese otro día, sin darles la certeza de que lo obtendrán. Además, el tiempo de espera es no respetar a las personas de edad avanzada y con padecimientos complicados.

Se informa y documenta una y otra vez el desabasto de medicamentos y de material médico.

Han pasado cinco años y no se ha cumplido ningún compromiso hecho por el gobierno, al que le da lo mismo si te mueres o te sumas a la lista de miles de desaparecidos. Y dan largas, y ofrecen crear carpetas y más carpetas de investigación de los muy distintos casos…, pero nada pasa.

El Dr. David Kershenobich fue, durante mucho tiempo, director del Instituto Nacional de Nutrición, otrora una gran institución. ¿Qué pasa doctor, por qué sigue tan mal el sistema nacional de salud?

Si el gobierno no quiere que se creen grupos de la sociedad civil, como el de las madres buscadoras, lo correcto sería mejorar la seguridad.

La presidenta ha manifestado que los neoliberales desaparecían a las personas… ¿Cómo lo sabe? ¿Se lo habrá dicho Omar García Harfuch, su secretario de seguridad y protección ciudadana, porque  su papá estuvo en la Dirección Federal de Seguridad? Si tiene pruebas, que las muestre… Como les dice la presidenta con A a los reporteros de la mañanera ¿del pueblo?

¡Hasta la próxima!

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