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El Fondo Mundial para el Medio Ambiente acogió con beneplácito el proyecto de Acuerdo alcanzado el 4 de marzo de 2023] en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional, conocida como BBNJ. Con más de una década de preparación, el llamado Acuerdo de Altamar compromete a los países a salvaguardar la vida marina a través de una variedad de medios, que incluyen el uso equitativo de los recursos genéticos marinos, herramientas de gestión basadas en áreas como zonas marinas protegidas, evaluaciones de impacto ambiental y la creación de capacidad y la transferencia de tecnología marina. El proyecto de texto, que se adoptará en una conferencia intergubernamental reanudada en una fecha futura, designa el fondo fiduciario del FMAM como parte del mecanismo financiero para la nueva convención, junto con un fondo especial designado y un fondo voluntario adicional. El director ejecutivo y presidente del Fondo, Carlos Manuel Rodríguez, acogió con beneplácito el borrador del tratado y el firme compromiso de los países con la gestión sostenible de altamar, que representa el 40 por ciento de la superficie del planeta, el 64 por ciento de la superficie de los océanos y casi el 95 por ciento de su volumen. “El océano es una fuente crítica de vida, alimento, energía y recreación, y debemos cuidarlo. Es extremadamente alentador ver a los países unirse para priorizar la biodiversidad y los ecosistemas de altamar”, señaló Rodríguez, exministro de medio ambiente de Costa Rica.
“El Fondo Mundial para el Medio Ambiente está listo para continuar e intensificar el apoyo a la protección de la biodiversidad y la salud de los océanos en altamar; apoyaremos la ratificación nacional y la implementación de la convención, una vez hayan concluido las negociaciones, con el acuerdo del Consejo del Fondo”. Las áreas fuera de la jurisdicción nacional se enfrentan a múltiples amenazas, como la sobrepesca, la pesca ilegal, la minería, las actividades de petróleo y gas, la contaminación terrestre, la pérdida de hábitat y el cambio climático. También contienen recursos marinos de gran importancia ecológica, socioeconómica y cultural. “Este acuerdo permitirá conservar y gestionar de forma sostenible estas últimas fronteras de nuestro planeta”, apuntó Rodríguez. El Fondo es una familia de fondos que permite a los países en desarrollo cumplir con sus compromisos en virtud de convenciones internacionales, incluidas las relativas a la biodiversidad, el cambio climático, la desertificación y los contaminantes tóxicos. El nuevo tratado de altamar amplía este papel y profundiza los esfuerzos existentes del Fondo para conservar y promover el uso sostenible de la biodiversidad oceánica. Hasta la fecha, el Fondo ha invertido más de 1 200 millones de dólares en la gestión de los recursos marinos compartidos, incluidos 80 millones de dólares para áreas fuera de la jurisdicción nacional, movilizando más de 500 millones de dólares en cofinanciamiento de otras fuentes.
Esto ha incluido el apoyo a las organizaciones regionales de ordenación pesquera centradas en los peces migratorios y otras formas de vida marina, así como a las instituciones regionales de gobernanza de los océanos y el apoyo directo a los países en desarrollo. En el actual período de financiamiento de cuatro años, conocido como FMAM-8, que se extiende hasta 2026, el fondo fiduciario ha asignado 34 millones de dólares para trabajos en áreas fuera de la jurisdicción nacional.
También ha brindado apoyo para la creación de capacidad en torno al uso sostenible de los recursos genéticos marinos en virtud del Protocolo de Nagoya y ha respaldado la creación o mejora de la gestión de 1 400 millones de hectáreas de áreas marinas protegidas con 370 millones de dólares en subvenciones. Hasta la fecha, más de 100 países han recibido apoyo de programas del Fondo enfocados en áreas fuera de la jurisdicción nacional.
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